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martes, 28 de junio de 2011

Del arte espacio-temporal a la educación horizontal


Debido a los acontecimientos históricos, sociales y económicos del siglo XX, a la influencia de las vanguardias artísticas y a la separación moderna de lo culto y lo popular, se produce un aislamiento del artista (Efland, Kerry & Stuhr, 1996, p. 3). Esto crea una separación entre el arte y la sociedad, que durará varias décadas, y se extenderá en ciertos aspectos hasta la actualidad.
La educación artística, se ve incluso mayormente afectada por esta influencia moderna, acusando un característico retraso educativo respecto a la situación artística vigente. A partir de la de cada de 1960-70, aparecen unas tendencias artísticas con una base social, opuestas al capitalismo, que intentan incluir en sus desarrollos la participación activa del espectador. Entre estas manifestaciones aparece la instalación, el performance y el land art.
Estas expresiones artísticas, centradas en el análisis del espacio y el tiempo, modificaron notablemente la percepción del arte y la relación del artista con el espectador, lo que afecta notablemente a la educación artística. Se produce una democratización de la actividad artística y la aparición de unos temas y actitudes creativas con un importante potencial educativo.
En el primer apartado de este texto realizaré, de una manera muy resumida, una contextualización de la instalación y señalaré sus antecedentes artísticos más significativos. Esto nos ayudará a perfilar sus características, para establecer en el tercer apartado unas relaciones con procesos o dinámicas didácticas. En el cuarto y quinto apartado se van analizar los aspectos más significativos que aporta la instalación a la educación artística actual. En la última parte se explica cómo estas aportaciones podrían constituir una relación didáctica con una estructura horizontal y democrática.